A lo largo de la historia se ha visto como, en nombre de algún Dios, se han librado las más sangrientas batallas.
Esto sucede en la actualidad con tanto o más vigor que antaño, donde una persona puede ser rechazada e, incluso, estigmatizada por sus creencias religiosas y las costumbres que de ellas derivan.
Ejemplo:
Uno de los mejores ejemplos de discriminación por causas religiosas es la prohibición que existe de contraer matrimonio entre personas de diferentes religiones.
Esta situación se puede ver de forma contundente entre las religiones judía, musulmana e hinduista (Astorga, 2017).
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